“El fútbol da revancha” frase recurrente luego de las
derrotas dolorosas en el deporte rey, frase que seguramente escucharon los
jugadores del Valencia luego de caer en la final de la Champions del 2000 ante
el Real Madrid. Un año después volverían al juego decisivo pero esta vez ante
otro poderoso de Europa, el Bayern Munich de Alemania.
El 23 de Mayo del año 2001 en el Estadio San Siro de Milán
ante 71.500 personas se enfrentaban los alemanes ante los españoles. El Bayern
Munich se tomó venganza de la derrota del año anterior en semifinales ante el
Real Madrid mientras que el Valencia eliminó al Leeds United de Inglaterra antes de llegar a la gran final.
Este duelo entraría a la historia del fútbol mundial como el
“juego de los penales” y es que apenas a los 3 minutos de comenzar el encuentro
el Valencia anotó desde los 12 pasos el primer gol del encuentro gracias a su
capitán Gaizka Mendieta. Pocos minutos después fue el Bayern quien tuvo la
oportunidad de igualar el marcador desde el punto del penal, pero Santiago
Cañizares adivinó las intenciones de Mehmet Scholl y envió la pelota al córner.
El drama de aquella final de Milán recién comenzaba.
En la segunda mitad, el árbitro holandés Dick Jol volvió a
pitar penal a favor de los bávaros luego de una mano de Amedeo Carboni. Esta vez
el capitán del Bayern Munich Stefan Effenberg igualó el marcador. La paridad
entre ambos conjuntos duró los restantes minutos del tiempo normal y del
alargue. La serie iba a la fatídica tanda de los penales, donde se alzaría la
gran figura del arquero Oliver Kahn quien atajó el séptimo penal al defensor
argentino Mauricio Pellegrino para que el Bayern conquiste su cuarta corona de
Europa.
De esta forma el Valencia una vez más caía en la gran final
de la Champions y su entrenador Héctor Cúper perdía su tercera final en años consecutivos
por torneos europeos. Por otra parte el DT Ottmar Hitzfeld conseguía su segunda
“orejona” (la anterior con el Dortmund) siendo el segundo entrenador en ganar
la competición con dos equipos diferentes. Los muchachos de Cúper y el propio
entrenador argentino una vez más escuchaban “el fútbol da revanchas”, revancha
que jamás llegaría.
0 comentarios:
Publicar un comentario